En Mendoza, la ciudad vitivinícola argentina por excelencia, se erige un hotel donde la comodidad, la elegancia y el placer de lo clásico, se unen en un nombre: Park Hyatt, la gama alta de esta afamada cadena hotelera.

Los hoteles urbanos se han convertido en algo más que lugares donde pasar unas noches mientras se realizan algunos negocios. Cada vez se ofrecen más servicios que implementan los ya conocidos en ese tipo de establecimientos. Por ello, el hotel Park Hyatt Mendoza se ha convertido en un referente para todos los visitantes de la región más vitivinícola de Argentina.
El edificio donde se erige tiene, además, un peso específico en la ciudad. Hyatt consiguió rescatar uno de los edificios estrella de Mendoza que, durante el siglo XIX se llenaba de grandes figuras, grandes bailes y eventos culturales: Nos referimos al Hotel Plaza, el elemento arquitectónico que preside la Plaza Independencia. Su fachada sigue siendo la misma que antaño, la que dio cabida a la cultura y tradición mendocina, pero que tras atravesar la puerta, se descubre un moderno hotel.
Sus áreas comunes, abiertas no sólo a los huéspedes sino a los ciudadanos en general, mantienen elementos arquitectónicos del edificio Plaza, como el salón de los cristales (donde se celebraban los grandes bailes de la época), e incorpora un diseño contemporáneo, reflejado en columnas imponentes.
Sus pasillos albergan una variada colección de arte realizada por 23 artistas locales entre, pintores, escultores y fotógrafos que constituye una de las muestras más importantes de arte mendocino.
Entre las paredes de este hotel, como no podía ser de otra forma, el vino es una forma de vida. El mendocino convive con el jugo fermentado de uva como parte de su día a día y en el Hyatt se ha transformado en su restaurante principal, el “Bistró M”, que cuenta con una impresionante galería de vinos, más de 4.500 botellas que se exhiben en dos pisos y con una amplia selección de los mejores vinos locales en un ambiente absolutamente exquisito. No es el único lugar para tomar un respiro. Tras una jornada devisitas a viñedos, podemos disfrutar de música en directo en el piano bar “Uvas Bar & Lounge”, “Las terrazas de la Plaza”, “The Vines Wine Bar & Vinoteca” y el recién estrenado Grill Q-Parrilla Argentina donde se disfrutará de un clásico asado argentino y platos nacionales.

Relaja el alma
Después de todo el cuidado que le hemos dado al cuerpo mortal, también podemos dárselo al espíritu en el Spa Kaua, cuya línea de amenities basadas en el vino se encuentra en todas las habitaciones. Este es un centro de tratamientos y relajación, en el que un cálido ambiente conseguiremos que mediante un masaje (yo probé el tailandés, realizado por especialistas nativos), conseguiremos despertar el cuerpo y conectar con el espíritu. Son seis salas de tratamientos pensados para volver a la esencia con un enfoque oriental y todos los detalles necesarios para vivir con una experiencia única de bienestar y placer absolutos; cuenta también con un gimnasio con equipos de última tecnología, sauna y baños de vapor. Los huéspedes también pueden disfrutar de una piscina climatizada al aire libre y una terraza para tomar sol en los jardines.

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